Hace poco más de una semana fui invitado a la posada Xcaret… ¡y puedo decir sin exagerar que fue el evento decembrino más emotivo y colorido al que he asistido desde que me mudé al Caribe Mexicano en 2005! Cada fin de año, el área de relaciones públicas del Grupo Experiencias Xcaret se toma el tiempo y el esmero de agasajar a los miembros de la prensa local que cubre de cotidiano los eventos especiales en sus famosos parques y, conscientes también del alcance de los medios sociales y de los escritores independientes de viajes o bloggers, desde hace un tiempo también nos hacen partícipes a nosotros, ¡YEAH!

Así que este año, cual suertudote que soy, me tocó ser invitado a la posada navideña en Xcaret. La cita para quienes residimos en Cancún fue en las oficinas de Experiencias Xcaret, y puedo decir sin pudor que la fiesta empezó desde que se cerró la puerta del bus que nos trasladaría hasta el parque Xcaret (o bueno sí, con algo de pudor, por algo no entro en detalles).

La posada como tal nos esperaba en la Hacienda Henequenera del parque, donde además de una alegre comitiva, nuestros ahora amigos de relaciones públicas Leonel Partido y Lucía Murguía (quien por cierto, nos fue anunciado tomará otras responsabilidades en el corporativo), fuimos recibidos por los aromas de exquisitos platillos típicos mexicanos preparados a la usanza tradicional (lo clásico en Xcaret).

Por si te lo preguntabas, ¡claro que hubo que pedir posada con velitas y toda la cosa! Se cerró la puerta de herrería de la hacienda para cantar con la letanía impresa en mano y así cumplir el protocolo al 100%. Después de eso se iniciaron formalmente las “hostilidades” gastronómicas, y las pobres fuentes de comida tuvieron que ser abastecidas una y otra vez para nosotros, los tragones asistentes (claro que de lo anterior culpamos a los nervios por saber si ganaríamos o no algo en la rifa que estaba por venir. Eso, fue el estrés lo que hizo que a todos nos diese un hambre de niño Dios… picio).

Vendrían después en nuestra posada navideña las tradicionales piñatas; claro que no faltó el avorazado que valiéndose de su generosa masa corporal y las clases de judo que de niño tomó, se quedó con más de la mitad del contenido de una piñata. Salieron a relucir las filosas uñas de alguna que otra compañera (eso sí, con manicure francés) para defender el tesoro navideño procedente de la colorida estrella de papel maché, y no se hizo esperar el quejido de alguno que otro chillón: “¡ay, me dieron una patada en la cara!” o “¡chale, ni me tocó nada!”… todo parte de nuestras bonitas tradiciones y una oportunidad para portarnos como niños cuando menos una vez en el año.

Llegó más tarde el momento de que mostrásemos nuestros mejores pasos de baile, ¡hasta dejamos lisito el piso empedrado de la Hacienda Henequenera! Aquí hay que hacer un alto solemne y hacer una mención especial de Leo Priego y Willy Rincón, quienes en otra vida fueron bailarines de Pérez Prado o algo así, porque no pararon un solo momento. Leo y Willy bailaron y saltaron tanto y tan bien, que sudaron a tal grado que más de uno se preguntó si alguien había tenido el mal gusto de organizar un concurso de camisetas mojadas en plena posada (y de elegirlos a ellos como participantes, claro).

Finalmente llegó el momento no apto para cardiacos: escondido en nuestro “kit de bienvenida” había o un número o un “gracias por participar”. Bien, aquí pierde un poco de emoción mi relato y ya sabrás por qué. Me tocó un boleto nivel “lás-ti-ma-Mar-ga-ri-to” y no gané absolutamente nada. Sin embargo, algunos muy queridos amigos sí corrieron con suerte: se les entregaron tabletas, iPods, pantallas de LCD, iPads y hasta una bicicleta que me hizo ojitos desde mi llegada a la posada. Pero la suerte ya estaba echada, esos pedales no serían míos jamás.

La fiesta no terminó ahí, continuó en el autobús de regreso a Cancún. Pero para enterarse del chisme completo mejor busquen los tweets con el hashtag #PosadaXcaret y sabrán de lo que les hablo.

¡Gracias de nueva cuenta al Grupo Experiencias Xcaret por haber organizado esta linda fiesta mexicana! Estrechamos lazos con viejos amigos, hicimos nuevas amistades, y le dimos al corazón y al cuerpo “leña” para mantener el calor en esta Navidad del 2013 (como si nos hiciera falta más calor en el Caribe Mexicano, ¡jejeje! Pero se leía bonita la frase, pues).
¡Hasta el año entrante, Experiencias Xcaret! Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo a todo el gran equipo que le da vida a sus magníficos parques.
Adorados!! Qué bueno que se diviertieron (sin mi) en esa posada que se ve que estuvo maravillosa (sin mi), en la que seguro comieron, bailaros y rieron muchísimo (sin mi). Los quiero y pasen linda Navidad.
¡Jejejeje! Muchas gracias, Vero. Tenemos pretexto para en 2014 comer, bailar y reír viajando contigo (parece título de peli de Julia Roberts). En serio, agéndanos un ratito a tus amigos caribeños de carne y hueso para el año que entra, ¿va?
¡Me encantó esta entrada de blog! ¡Felicidades! ¡Leerlo fue tan divertido como estar ahí! 😀
¡Muchas gracias, Zuko! A mi me dio muchísimo gusto conocerte en la recta final de este alocado 2013 🙂 ¡Que vengan muchas fiestas más! Sigue al pendiente del blog, en la siguiente entrada hablaremos de #DiningDreams 😉